AYUNTAMIENTO DE ALCAL DE HENARES
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CERVANTES EN UN LABERINTO DE LUZ

 
el tema del mes
Las últimas andaduras de don Quijote y Sancho Panza
 GRABADO DE GUSTAVO DORÉ  - DON QUIJOTE

agosto

LAS ULTIMAS ANDADURAS DE DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA

La respuesta de Cervantes fue contundente, contundente e incluso cabría decir que rápida. La segunda parte de su Quijote apareció en 1615. El mismo año en que había publicado también los Entremeses . Y así, el Caballero de la Triste Figura y su escudero Sancho Panza volvieron a recorrer, cansinos y dialogantes –y con pocas esperanzas de entenderse–, los caminos de España. En busca don Quijote, en esta ocasión, de la señora de sus pensamientos; es decir, de la sin par Dulcinea del Toboso. Pero implicados en nuevas desventuras fueron a parar los dos, caballero y escudero, al palacio de unos duques. Allí se burlaron de ellos, haciéndole creer a Sancho que le nombraban gobernador –tal como su señor le había prometido– de una ínsula: la ínsula Barataria. Cansados de los engaños, de las cargas que el gobierno de una ínsula conlleva y, sobre todo don Quijote, de la ociosidad, ambos decidieron emprender otra vez su camino en libertad. Porque, tal como le dijera el caballero a su escudero: "La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los Cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y se debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres." De camino hacia la ciudad de Barcelona: "Archivo de cortesía, albergue de los extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades..."; se tropezaron don Quijote y Sancho con una partida de bandidos. Roque Guinart, su cabecilla –un personaje inspirado en un célebre bandolero catalán, con el que Cervantes pudo haberse tropezado en realidad–, les facilitó y preparó su entrada triunfal en dicha ciudad. En Barcelona pudieron don Quijote y Sancho asistir, más que participar, en un verdadero enfrentamiento naval, y también, el Caballero de la Triste Figura , librar allí la última, al tiempo que la más apesadumbrada, de todas sus batallas.

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